martes, 8 de julio de 2008

Rubén Darío (1867-1916)

Hoy homenajeamos al "príncipe de las letras castellanas", que si bien nació nicaragüense, se erigió como el máximo exponente del Modernismo en nuestra lengua. ¿Quien no ha escuchado alguna vez la CANCIÓN DE OTOÑO EN PRIMAVERA?. He aquí los primeros fragmentos.

Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer...
Plural ha sido la celeste
historia de mi corazón.
Era una dulce niña, en este
mundo de duelo y aflicción.
Miraba como el alba pura;
sonreía como una flor.
Era su cabellera oscura
hecha de noche y de dolor.
Yo era tímido como un niño.
Ella, naturalmente, fue,
para mi amor hecho de armiño,
Herodías y Salomé...
Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar,no lloro...
y a veces lloro sin querer...
(...)