martes, 29 de abril de 2008

Los "quereles"

"Queré o no queré", ¡ahí está el tema! Es la versión andaluza de la famosa frase de Shakespeare, pero haciendo alusión a otra transcendental duda que a la que Hamlet se refería. La vida es bella. Es una gran película, recuerdo al protagonista soportar el andar de su hijo crujiéndole la espalda que solicitó voluntariamente después de una dura jornada de trabajo, y mientras una manta invisible cierra el escenario, todo lo encubre una melodía enormente deliciosa, la cual el otro día escuchándosela a Bosé a dúo con una cantante de la que no recuerdo su nombre, me erizó la piel. Mi intento de razonamiento consciente. Tras varias dosis de entretenimiento homologado, permitido e incluso aconsejado u obligado, me siento como un ermitaño quedo en su cúpula de cristal oscuro u opaco con una puerta fabricada por él mismo y que debido a la falta de grasa no puede abrir, ya que el agua ha disminuido su talante y no ha llegado hasta su lecho. Aire fresco, deja la entrada abierta a la corona de tu casa, grita el gran azul. Lo sé, aguanto la arena sobre mi cabello que se pierde en el horizonte de mi atajo. Me pierdo y me vuelvo a encontrar, es complicado seguir haciendo camino al andar, como diría Machado, que lo tuvo más fácil que cualquier otro de su época. Gordos, oscuros e improbables caminos, las noches se citan donde no debemos imaginar. Tenemos que felicitarnos por seguir, mal o bien, pero simplemente. Seguir es complicado. Y mañana más, mucho más. Volver a empezar.

lunes, 28 de abril de 2008

La pequeña MARI LUZ

En un relato muy corto es difícil compilar toda una terrible pero gran, de grande y no de grandiosa, historia que durante dos meses rodeó a un ángel, que ya lo es, a su familia y a toda una ciudadanía volcada en la búsqueda de esta niña preciosa. Vemos a un padre que ha demostrado una compostura jamás vista en persona pública, en ningún famoso, en ningún farandulero que esgrime lágrimas a raudales y destroza sentimientos ajenos por haber sufrido pérdidas que en absolutamente ningún caso, repito, en absolutamente ningún caso, podrían compararse a la tremenda privación que este papá experimenta. Vemos a una madre rota de dolor, destrozada. Vemos a un abuelo con sangre envenenada por un perjuicio maldito. Vemos a unos familiares y vecinos cercanos que lloran a pie de calle. Vemos a unos paisanos que lamentan un trágico desenlace. Vemos a los encargados de hacer cumplir la ley que descubren que algo se pudo haber hecho. Vemos muchas cosas, vemos incluso a la propia injusticia de los justos golpeando a una persona por ser hermano de... Pues bien, hoy, en la televisión, yo he visto al padre y al abuelo de Mari Luz, hablar, algo "recuperados". El abuelo, pobre hombre pleno de humanidad y de valor, decía haber culpado desde el primer momento al presunto personaje detenido, y que había, él mismo, realizado sus propias "investigaciones". Y resulta que dos semanas antes, este presunto pederasta, junto a su mujer y a su hermana, también presuntamente culpables, se paseaban por Bellavista, un barrio cercano a Huelva, con raros andares e intenciones no deseables a la vista, y que incluso fueron denunciados por una vecina de este barrio de Aljaraque, a cinco kilómetros del desgraciado suceso, viendo estos extraños comportamientos.
Yo,... vivo en Bellavista; tengo tres hijas pequeñas, de tres, diez y doce años, y puedo prometer y prometo, que en estos momentos siento un escalofrío que me inunda el cuerpo, que ha distorsionado completamente mi estructura, que me ha desplomado sobre mi silla y me ha hecho escribir este pequeño homenaje a la pequeña Mari luz, a su pequeñísima vida, que vivió seguro con grandeza y alegría, y a la gran vida que no vivió, y que pudo haber vivido. Y lo cierto es que esta herida tan profunda, esta huella a la humanidad, esta "vidita", ha tenido mucha más importancia y reverberación en nuestra sociedad que muchas grandes vidas y vidas grandes.
¡Que quien quiera que haya por donde tú estés te guarde bien, Mari Luz, niña bendita!