sábado, 10 de mayo de 2008

Azul, negro, gris



Y qué si me quedo aquí
Mirando pasar la vida
Cielo azul, cielo negro, cielo gris
El tiempo pasará conmigo
¿te quedarás conmigo?


Y qué si me quedo quieto
Y me convierto en estatua
Nube azul, luna negra, marea gris
Escultura de sueños perdidos
¿te perderás conmigo?


Y qué si te miro y me miras
Me paro, sigo mi camino
Pelo azul, boca negra, alma gris
El viento apagará mi ruido
¿me dejarás conmigo?

JORGE MANRIQUE (1440-1479)


A partir de ahora iremos introduciendo poco a poco algunos de los mejores versos de la antología poética española, para que saboreemos y aprendamos, ya bromeamos con un pequeño poema de Alberti, La sirenilla cristiana. Como quiera que somos los administradores del foro, y por la evidencia, están fuera de concurso; pero sí que se pueden hacer comentarios. Hoy vamos a reproducir algo de "Las coplas a la Muerte de Don Rodrigo Manrique", padre del autor.

Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte,
contemplando
cómo se passa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando;
cuán presto se va el plazer,
cómo después, de acordado,
da dolor:
cómo, a nuestro parescer,
cualquier tiempo passado
fue mejor.
...
Ved de cuán poco valor
son las cosas tras que andamos
y corremos,
que, en este mundo traidor,
aun primero que muramos,
las perdemos:
dellas deshaze la edad,
dellas casos desastrados
que acaescen,
dellas, por su calidad,
en los más altos estados
desfallecen
.

viernes, 9 de mayo de 2008

Y, se fue.



Esto es un asalto al sentimiento escrito hace ya algunos años, no quiero recordar cuántos, aunque sí que lo recuerdo, y también recuerdo que lo escribí en una bañera calentando mis cuerpo e intentando enfriar mi alma. Algunos lo comprenderán, sobre todo mis hermanos, entre ellos Cronopio, quien puede ponerle el punto seguido a "la nieta", aunque entiendo que el nivel literario difiere, a su favor. La verdad es que después de releer el citado relato, he rebuscado entre mis trastos hasta encontrar este manuscrito en un papel ya amarillento y en tinta de un azul que se conserva extrañamente impoluto. Lo transcribo tal cual, aunque después del tiempo pasado y de la experiencia, que juegan siempre a favor del cultivar humano, me siento tentado a "retocarlo", pero no lo voy a hacer, por lo que representa aquel momento.

Flores al aire, y se disipan, y todo se convierte en un ambar infinito, otoñal, perjudicial, tan fecundo como la muerte. ¿Y qué me arrastra a estas sensaciones? Es evidente, es psicótico, es lo que fue, mas es... lo que pudo haber sido.
¿Qué reacciones debe tener el ser humano en ocaso parecido? Nunca, como añora, se sabrá, nunca se podrá pronunciar lamentación parecida, pues es algo que formaba parte de un todo, y ese todo no puede restituirse hasta el final, y ¿qué final?, ¿dónde el final?, ¿cuando?.

Y llegará, como llegan las golondrinas en una primavera aburrida, como la hormiga logra introducirse en el agujero después de luchar y luchar, ¿y para qué?. Para que otros sigan, y sigan, y sigan. Es la misión encomendada por un no sé quién, que tan delicioso nos lo hace a veces y tan trágicamente se despide.

Y seguirá, no sin muchos instantes absolutos, inertes e imprecisos, que mejor desaparecidos en aquel mismo instante inerte, absoluto e impreciso. Pero también con extravagancias tales que nos repongan el alma, y nos "energice" de tal modo que queramos y podamos continuar en el frondoso camino de la existencia, rodeados de consabores y sinsabores, entregados a todo y a nada.

¿Y qué dirías tú? Si te prometí lo "imprometible", si te supiera continuar, si pudiera anudar esos lazos que desatados rondan el aire, y más tarde el mar, el río, aquella corriente, fuerza imparable, necia como ella, nadie capaz de arremeter y lograr desviar su atención, mas si pudiera, creo que no lo hubiera intentado, pues triste y dramático fue, pero horrible y repugnante pudo haber sido. Descansa en paz.

ENCUENTRO


Cuerpo que llama a otro cuerpo

mano sobre mano, beso contra beso

prohibidas las distancias,

el corazón lleno de deseos

culpables por guiarnos

inocentes por supuesto


Cuerpo que llama a otro cuerpo

alientos sobre el cuello

separandonos, uniendonos

¡lo hemos hecho!


cuerpo que guia otro cuerpo

almas latiendo aceleradas

caricias en la piel, temblores

sonrojos en la cara

pecho contra pecho

sobre la misma almohada

jueves, 8 de mayo de 2008

domingo, 4 de mayo de 2008

DESVARÍOS


Mariposas rojas, soles verdes y amarillas amapolas,

titánicas guerras en sudanes adyacentes a la riqueza,

negros crepúsculos de oro enorgulleciendo naciones,

galeones diabólicos forrados de alquitrán blanco,

seguridad pasiva para algunos y activa para otros,

llamemos a la odisea como hay que llamarla.

Bienvenidos al paraje violeta,

donde nada es lo que parece,

pero todo parece lo que es.