martes, 29 de abril de 2008

Los "quereles"

"Queré o no queré", ¡ahí está el tema! Es la versión andaluza de la famosa frase de Shakespeare, pero haciendo alusión a otra transcendental duda que a la que Hamlet se refería. La vida es bella. Es una gran película, recuerdo al protagonista soportar el andar de su hijo crujiéndole la espalda que solicitó voluntariamente después de una dura jornada de trabajo, y mientras una manta invisible cierra el escenario, todo lo encubre una melodía enormente deliciosa, la cual el otro día escuchándosela a Bosé a dúo con una cantante de la que no recuerdo su nombre, me erizó la piel. Mi intento de razonamiento consciente. Tras varias dosis de entretenimiento homologado, permitido e incluso aconsejado u obligado, me siento como un ermitaño quedo en su cúpula de cristal oscuro u opaco con una puerta fabricada por él mismo y que debido a la falta de grasa no puede abrir, ya que el agua ha disminuido su talante y no ha llegado hasta su lecho. Aire fresco, deja la entrada abierta a la corona de tu casa, grita el gran azul. Lo sé, aguanto la arena sobre mi cabello que se pierde en el horizonte de mi atajo. Me pierdo y me vuelvo a encontrar, es complicado seguir haciendo camino al andar, como diría Machado, que lo tuvo más fácil que cualquier otro de su época. Gordos, oscuros e improbables caminos, las noches se citan donde no debemos imaginar. Tenemos que felicitarnos por seguir, mal o bien, pero simplemente. Seguir es complicado. Y mañana más, mucho más. Volver a empezar.

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